Ciencia e investigación sobre la Sábana Santa

En 1898, con la primera fotografía, comenzaba una nueva etapa para la Sábana Santa, la de las investigaciones científicas para responder a algunas preguntas más sobre la tela más famosa del mundo.

¿Cómo se formó la imagen de la Sábana Santa?
¿Cómo es posible que un cadáver deje una huella de similares características en una hoja?
Durante los cien años de investigación, se han propuesto diversas teorías y se han realizado numerosos experimentos para intentar reproducir una imagen similar a la presente en la Sábana Santa, tanto utilizando cadáveres como mediante métodos artificiales. Algunos han planteado la hipótesis de que la huella fue generada por las reacciones químicas entre los vapores de amoníaco emitidos por el cadáver y las sustancias vegetales aromáticas como el aloe y la mirra, utilizadas en la antigüedad para honrar a los muertos. Otros han planteado la hipótesis de la presencia de radiación proveniente del propio cuerpo o de una fuente externa. Algunos experimentos han aprovechado la energía térmica generada por una estatua de metal caliente, mientras que otros han intentado pintar un cuadro usando ocre rojo en una sábana.

Sin embargo, ninguno de estos experimentos logró producir una imagen similar a la de la Sábana Santa de manera satisfactoria. Además, algunas características de la imagen de la Sábana Santa siguen siendo irrepetibles hasta el día de hoy. A pesar de ello, los resultados obtenidos permitieron afirmar con certeza que la imagen fue producida por un proceso natural derivado del cadáver de un ser humano, excluyendo la intervención de un artista que hubiera utilizado técnicas de reproducción convencionales.

En 1978, el grupo de investigación estadounidense llamado STURP (Proyecto de Investigación de la Sábana Santa de Turín) realizó experimentos directos sobre la Sábana Santa. A través de una serie compleja de pruebas, los científicos determinaron que no había pigmentos ni tintes presentes en la hoja, lo que demuestra aún más que la imagen del cuerpo está ausente debajo de las manchas de sangre (lo que indica que se formó después de ellas). La huella se extiende sólo por un espesor de unas centésimas de milímetro en las fibras superficiales del tejido y se comprobó que era «debida a una oxidación-deshidratación de la celulosa». El proceso de formación de tal huella aún se desconoce y definitivamente no fue causado por medios artificiales.

¿Qué rastros biológicos se pueden encontrar?
En dos años diferentes, 1973 y 1978, se tomaron algunos micro-trazos de la Sábana Santa mediante la aplicación de cintas adhesivas, revelando granos de polen pertenecientes a 58 plantas con flores. Dado que algunos de ellos provienen de plantas que crecen sólo en Palestina y Anatolia (en la actual Turquía) se puede concluir que la permanencia prolongada de la Sábana Santa es altamente probable, al igual que en Europa, también en estas regiones. Investigaciones posteriores, también realizadas por académicos israelíes, permitieron descubrir otros tipos de plantas, descubrimiento que confirmó la hipótesis antes mencionada.

¿Qué se puede decir de las manchas de sangre?
El análisis de las manchas rojas visibles en la Sábana Santa siempre ha llevado a considerarlas como manchas de sangre. Sin embargo, para tener una certeza absoluta, fue necesario realizar un examen exhaustivo del material presente en estas manchas. En 1978, dos equipos de investigadores (uno italiano y otro estadounidense) tomaron muestras de este material y las pruebas realizadas en los años siguientes confirmaron la presencia de sangre humana del grupo AB.

¿Qué nos puede decir el material de la tela de la Sábana Santa?
La Sábana Santa presenta una tela tejida en un telar de pedal rudimentario, con un giro en espiga que era común en el área sirio-palestina durante la época de Cristo. Sus dimensiones corresponden a los codos sirios.

En la Sábana Santa se han encontrado rastros de «natrón», una sustancia utilizada en Egipto para embalsamar debido a su propiedad de absorber agua. También en Palestina se utilizó para la deshidratación de cadáveres. Además, se ha identificado la presencia de aloe y mirra en la tela, sustancias utilizadas en Palestina en tiempos de Cristo para el entierro de los difuntos.

En la Sábana Santa también se encontraron esporas, hongos y ácaros similares a los encontrados en tumbas de la misma época.

¿Qué se puede deducir de la imagen estudiada con medios modernos?
En 1977, un grupo de científicos estadounidenses sometió la imagen de la Sábana Santa a procesamiento electrónico, realizando un escaneo especial. Este proceso reveló que la imagen contiene características tridimensionales únicas que no se encuentran en las pinturas o fotografías tradicionales. Un año más tarde, un equipo de académicos de Turín obtuvo de forma independiente imágenes tridimensionales de alta definición, que revelaron numerosos detalles que de otro modo serían invisibles. Por ejemplo, se han resaltado las huellas en el párpado derecho, dejadas por un objeto que muy probablemente corresponde a una moneda romana acuñada en la primera mitad del siglo I d.C.

Además, se obtuvieron imágenes del rostro libre de heridas y gotas de sangre, lo que permitió obtener una representación realista del rostro del hombre de la Sábana Santa. Posteriormente, los estudiosos realizaron una elaboración electrónica comparativa entre el rostro del hombre de la Sábana Santa y los principales iconos que representan el rostro de Jesús que datan del primer milenio de la era cristiana. Esta comparación destacó una gran cantidad de similitudes, lo que sugiere fuertemente que el rostro del hombre en la Sábana Santa puede haber sido utilizado como imagen de referencia para íconos desde el siglo VI.

¿Qué investigación se puede hacer sobre las citas?

En 1988 se tomaron tres muestras de tejido de la Sábana Santa para someterlas a datación por el método del radiocarbono, comúnmente conocido como C14. Los resultados obtenidos por tres laboratorios a cargo del examen indicaron que la tela de la Sábana Santa se remonta a un período entre 1260 y 1390 d.C. Sin embargo, estos resultados siguen siendo objeto de un amplio debate entre los estudiosos sobre la fiabilidad del uso del método del radiocarbono para fechar un objeto con características históricas y químico-físicas tan particulares como las de la Sábana Santa.

La datación medieval obtenida contrasta con diversos resultados obtenidos en otros campos de investigación. Además, es difícil establecer si a lo largo de los siglos se ha producido una acumulación de C14 nuevo en comparación con el presente en el momento del corte del lino con el que se tejió la Sábana Santa. Los estudios realizados en tejidos antiguos han reabierto aún más el debate científico sobre la datación de la Sábana Santa, señalando que la contaminación de naturaleza textil, biológica y química puede alterar significativamente la edad de radiocarbono de un tejido.

Dado que la Sábana Santa estuvo claramente sujeta a una contaminación de naturaleza biológica (como lo demuestran los microtrazos encontrados) y química (debido al incendio sufrido en Chambéry), los resultados experimentales antes mencionados merecen un cuidadoso análisis y verificación a través de un extenso programa de investigación y nuevos exámenes. . Esto permitiría evaluar el problema de introducir un factor de corrección adecuado a la datación por radiocarbono del tejido de la Sábana Santa.

¿Qué sistemas de conservación se adoptan hoy?

En 1992, una comisión internacional de científicos se encargó de desarrollar un nuevo y moderno sistema de conservación de la Sábana Santa. Tras años de estudio y pruebas, se diseñaron dos nuevas vitrinas: una de máxima seguridad, utilizada para las exposiciones de 1998, 2000 y 2010, y otra más ligera para conservación ordinaria.

En la vitrina, la Sábana Santa se coloca horizontalmente, completamente estirada, sumergida en argón, un gas inerte. Está protegida de la luz y mantenida en condiciones climáticas constantes de temperatura, humedad y presión, monitoreada por un sistema computarizado. El almacenamiento en el interior de un gas inerte como el argón, que no reacciona con los elementos químicos comunes, es fundamental para evitar el desarrollo de bacterias y frenar el amarilleo progresivo del tejido provocado por la oxidación natural debida al oxígeno atmosférico. Este amarillamiento es responsable de la disminución gradual de la visibilidad de la imagen.

Las dos nuevas vitrinas tienen forma de paralelepípedo, con las caras laterales e inferior de aleación metálica y la cara superior de cristal resistente a los arañazos.

En 2002, la Sábana Santa fue objeto de una importante e indispensable restauración. Se han eliminado los parches cosidos en 1534 para cubrir los daños causados por el fuego y se ha sustituido la tela holandesa utilizada para las costuras. Esta restauración permitió eliminar los materiales contaminantes presentes debajo de los parches, los residuos del incendio de Chambéry de 1532, que fueron cuidadosamente recogidos en contenedores sellados y catalogados.

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